Los perdedores están pensando en otra cosa.
Y en gran medida pierden por eso: no mantienen el foco sobre lo principal.

Te lo explico con un ejemplo: el Mundial de Fútbol 2022 en Qatar.
Algunas selecciones fracasaron rotundamente.
Ejemplos muy notorios: España, Alemania, Uruguay, Bélgica.

Esas cuatro selecciones perdieron el foco. Cada una de ellas tuvo su propia distracción, su propio factor de distorsión.

Los belgas estaban muy pendientes de sus problemas personales, las rivalidades internas del plantel y hasta algunos guiones de telenovela romántica con escándalos incluidos que involucraban a algunas de sus estrellas.

Los españoles comenzaron su distracción desde la cabeza misma, desde la dirección técnica. Luis Enrique dedicando valiosas horas a hacer streaming en directo a través de la plataforma Twitch. Todo muy lindo, todo muy moderno, todo muy conectado, todo muy cercano a sus fans. En suma: todo muy tonto.

Los uruguayos se hundieron en la distracción durante los momentos decisivos. Y volvieron a su vieja obsesión: los arbitrajes que los perjudican, la FIFA que los persigue, las protestas incesantes y la adrenalina a tope. Todo resumido en su violento y vergonzoso escándalo al terminar su último partido. Se olvidaron de un pequeño detalle: jugar al fútbol.

Los alemanes, finalmente, pusieron buena parte de su atención en mostrarle al mundo su oposición a cierto estado de cosas. Y allí aparecieron en la foto protocolar del equipo con todos los jugadores tapándose la boca para simbolizar su repudio a la censura de FIFA que les amenazaba con sanciones si llevaban un brazalete de respaldo a la comunidad LGTBI.

Por supuesto que importan temas como los arbitrajes, el streaming, los problemas personales, la censura o las políticas de un país.
Todo lo señalado importa mucho.
Pero a la hora de lograr un objetivo lo principal es mantener obsesivamente el foco en el objetivo, en la tarea, en lo que hay que hacer.
Todo lo demás distrae.
Todo.

Por eso te digo.
Los perdedores se distraen.

Piensan en otra cosa. Que puede ser algo muy valioso, muy trascendente. Pero esa otra cosa borronea el foco en la tarea.
Y pierden.

Los ganadores, en cambio, mantienen obsesivamente el foco en lo que están haciendo.
Obsesivamente.