Evelio Salas: Marcha vs. Contra marcha. Artifugio político contra pueblo en rebelión

El 23 de enero salió  un pueblo a la calle con intención de protesta…en un hogar se preparan dos hermanos para salir a la calle, ambos son educadores, ambos tienen suficientes años de servicio, ambos tienen hijos y son cabeza de dos familias en condición de hacinamiento en su casa materna.

Pero uno de ellos fue incluido a última hora en una lista de la directora de su plantel y del dirigente de UBCH (partido político de gobierno), le argumentaron que su asistencia a esta marcha le garantiza su plaza de trabajo, su pensión, que es menos miserable que para aquel que no la tiene, en fin “debe presentarse” por qué es en apoyo al Presidente Maduro que lucha contra el “bloqueo imperialista”.

El otro hermano tiene las mismas condiciones familiares y laborales, pero está harto de ser oprimido, está harto de hundirse cada vez más en el abismo de la pobreza y de que sus estudios profesionales sean burlados con un salario miserable, está harto de caer en ese abismo mientras los altos Militares del gobierno se encumbran en la corrupción y los privilegios.

Son dos marchas, una de protesta y otra de artifugio. Así está Venezuela, para el mundo exterior el Presidente necesita seguir vendiendo lo que nadie, excepto Rusia y Cuba como gobiernos, le van a comprar. El bloqueo, cree el Presidente, sigue siendo la mejor excusa para explicar la inhumana vida que llevan estos dos maestros, todos los maestros y maestras, todos los pobres venezolanos, el 99% de un pueblo que pisa diariamente una tierra con subsuelo de petróleo y oro.

La marcha del artifugio político la pensó el Presidente en respuesta a las protestas surgidas de los trabajadores que de manera natural marcharon el 23 de enero del 2023, conmemoración la caída de la dictadura militar de 1958, es una respuesta de infantilidad maliciosa política de un presidente que apenas cursó estudios de primaria. Es de imaginarse aquel niño malcriado, hijo de mamá que le sobreprotege mintiendose ella misma al creer que el niño es un santo, es de imaginar aquel Nicolasito jugando a que él era el jefe y nadie le hace caso, por eso se juntó a los grandecitos (militares) ofreciéndole sus juguetes para atropellar a los otros.retario.

Evelio Salas: Secretario General de COPEI Yaracuy. Lcdo. en Ciencias del Deporte, Profesor titular, critico y columnista de Alfayaracuy