¿Sabes cuándo te están manipulando con una noticia?

Piensa en los medios a través de los cuales te informas.
Redes sociales. Portales de internet. Televisión. Radio. Periódicos.
Cualquiera de ellos.

En ocasiones te informan, por supuesto.
Pero en otras ocasiones están tratando de manipularte.
Esto no empezó hoy, por cierto. Existe desde que el mundo es mundo. Siempre hay alguien que intenta dirigir lo que opinas y lo que haces. Dirigirte en su propio beneficio. El de ellos, no el tuyo. O el de aquellos que ese medio representa.

Hoy esa manipulación de toda la vida se ha hecho más fuerte. Mucho más potente.
¿Por qué?
Porque los manipuladores tienen mucha mayor fuerza que antaño, gracias a la concentración en pocas manos de los medios tradicionales y a la irrupción de ese internet salvaje y también muy concentrado en el cual vivimos.
Y porque además tenemos menos tiempo que nunca, estamos muy dispersos y nuestra capacidad para la atención y la reflexión está muy dañada.

No es pesimismo ni paranoia. Es la realidad social y psicológica de nuestros días.
Es lo que hay.

Entonces te decía que en muchas ocasiones no te informan sino que te manipulan. A mí también. A todos.

Y generalmente lo hacen bien, con sutileza, con arte, con encanto y hasta con credibilidad.

Cuidado.
Los que manipulan no son los del partido adversario, los de la otra ideología, los de otra tribu cultural, los otros.
A veces unos manipulan más que otros, según qué temas. Pero el deseo y la práctica de manipular no es propiedad privada de nadie.

¿Y cómo te das cuenta?

Porque si vas por el mundo con ingenuidad, caminando despreocupadamente, silbando con alegría porque el mundo es así como quieres que sea...pues nada. En ese caso no quieres ni oir hablar de manipulación.

Pero en caso contrario, pues hay una técnica muy simple para darte cuenta si te están manipulando.

Tan simple que casi nadie la practica.
Consiste en atender a tu propia reacción frente a la noticia.
Si al ver-escuchar-leer la noticia sientes miedo-tristeza-alegría-asco-enojo entonces es bastante probable que te estén tratando de manipular.

Si la noticia te emociona, sospecha.
A veces no, pero con demasiada frecuencia es tu propia emoción la que delata que estás siendo manipulado.

Me podrás decir que no, que cómo no te vas a emocionar ante esa noticia, que no eres de piedra, que las emociones te hacen humano y varias otras cosas muy atendibles.

No tienes por qué creerme.
Pero por lo menos haz el intento de comprobarlo.

Primero atiende a tus propias reacciones ante las noticias. Enciende una luz amarilla si una noticia te emociona.
Y luego fíjate si hay algo innecesario en esa noticia. Puede ser la música de fondo, el tono de voz del presentador radial, la expresión de la cara del presentador televisivo, los adjetivos del texto informativo.
Pregúntate, finalmente, si tu emoción se debe al hecho informado mismo o a la manera de presentarlo.

Yo mismo lo hago.
No siempre porque me pasa lo mismo que a todos y me arrastra la corriente igual que a todos.
Pero muchas veces lo hago. Y descubro por todas partes los más desenfrenados intentos de manipulación.

Por eso prefiero los libros a las noticias.
No es que no se pueda, pero es más difícil manipular a lo largo de 300 páginas que hacerlo en un minuto de televisión o en un texto visto durante segundos en redes sociales.