Nicolás Maduro y María Corina Machado son candidatos de alta peligrosidad para la paz y el desarrollo armónico de Venezuela, manifestó Manuel Isidro Molina

Hemos diagnosticado y reiterado que Venezuela ha sido sometida a la irracional e irresponsable confrontación entre dos facciones de poder que se han dedicado durante un cuarto de siglo a destrozar las instituciones, desestructurar a la sociedad y empobrecer y desarticular a la familia venezolana.

Hoy, se vuelve a comprobar esta triste realidad de una dirigencia política que no se cansa de generar desconfianza, empobrecimiento general de la población y desesperanza.

El resultado de la primaria del sector opositor estaba previsto, tanto en sus aspectos propiamente electorales internos de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) -que favorecieron ampliamente a la candidata María Corina Machado-, como en sus efectos políticos a lo interno de la PUD y en cuanto a la brutal respuesta del gobierno que ha motivado la presurosa intervención del Ministerio Público, en la persona del fiscal general Tarek William Saab.

Se demuestra así, que Nicolás Maduro y María Corina Machado son dos candidatos presidenciales de alta peligrosidad para la paz y el desarrollo armónico de Venezuela. Ambos expresan la pretensión de reinstalar la polarización extinguida en medio de la tragedia histórica que sufrimos socialmente: empobrecimiento general de la población, extinción del salario y demás prestaciones laborales, ruina de los pensionados y jubilados, hambre, desnutrición, enfermedad y muertes prematuras, más una gigante ola migratoria al exterior de 7,7 millones de venezolanas y venezolanos que reflejan en decenas de países este fracaso histórico representado, precisamente, por Nicolás Maduro y María Corina Machado. 

Los hemos llamado, y eso son efectivamente, "los dos polos de la destrucción nacional". La mayoría del país nos acompaña en el rechazo firme a esos dos focos decadentes y ampliamente teñidos de polítiquería, corrupción, abuso de poder, violentismo e irresponsabilidad.

Ver nuevamente alineados a María Corina Machado, Leopoldo López y Antonio Ledezma -padres de la fracasada "La Salida" 2014- con  el archipiélago del extinto "G4" y sus satélites; no es menos grave que el alineamiento del abuso de poder y la corrupción de Nicolás Maduro, Cilia Flores, Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez y Tarek William Saab arremetiendo contra los responsables de la organización de la primariaPUD y sus resultados. Son "caimanes del mismo caño", y eso lo sabe el pueblo venezolano, de sobra. Nada nos vinculó a ese proceso, y nada nos asocia a sus resultados.

Las inmediatas reacciones de candidatos a la primaria PUD como Gloria Pinho y Carlos Prosperi, así como el precedente retiro de aspirantes como Benjamín Rausseo y Henrique Capriles, entre otros, reflejan contradicciones propias del desastre interno que viven en la PUD, heredera disminuida de la extinta Mesa de Unidad Democrática (MUD). Sobre esas conocidas contradicciones, no nos pronunciaremos.

Insistimos en el llamado democrático a la organización de la "Alianza Histórica por la Reconstrucción Integral de Venezuela", como alternativa frente a esos dos bandos del desastre, la polítiquería y la corrupción. Sabemos que la mayoría del pueblo venezolano los rechaza; y es indispensable superarlos hacia 2024, oportunidad inevadible para derrotarlos simultáneamente en la elección presidencial.