CREYENTES O NO: Capítulo XLVIII: DIOS ES LUZ

1: JUAN: 1: 5.10.

LIBERACIÓN DEL PECADO.

5 Este es el mensaje que Jesucristo Nos enseñó, y que les anunciamos a  Ustedes: que Dios es luz y que en el no hay ninguna Oscuridad.

6  y si decimos que estamos unidos a él, y al mismo tiempo vivimos en Oscuridad  mentimos y no practicamos  la verdad.

7 Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces hay unión entre nosotros, y la sangré de su hijo Jesús, nos limpia de todo Pecado.

8 Si decimos que no tenemos Pecados, nos engañamos a nosotros  mismo, y no hay verdad en nosotros.

APARTARSE DEL MAL.
2: Corintios: 6: 14.18.

14 No sé unan ustedes en un Mismo Yugo con los que no Creen, porque,
¿Que tiene en común la Justicia con la injusticia?  ¿O como puede la luz ser compañera de la Oscuridad.

17 Por eso dice el Señor: salgan de en medio de ellos, y aparten se no toquen nada impuro, entonces yo los Recibiré.

18 y seré un Padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos y mis hijas dice el Señor todo Poderoso.

1 Miren cuánto nos ama Dios  el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos. por eso, los que son del mundo no nos conocen, porque no han conocido a Dios.

2 Queridos hermanos, somos hijos de Dios. Y aunque no se ve todavía lo que seremos después, sabemos que Cuando Jesucristo aparezca seremos como el, porque lo veremos tal cómo el es.

3 y todo el que tiene está  esperanza en el, se purifica a si mismo, de la misma manera que Jesucristo es puro.

4 Pero todo el que peca, hace maldad; Porque el pecado es la Maldad.

5 Ustedes ya saben que Jesucristo vino al mundo para quitar los pecados, y que en el no hay pecado.

6 Así pues, que todo el que permanece unido a el, no sigue pecando; Pero todo el que peca,  no lo ha visto ni lo ha Conocido.

Hermanos: Creyentes o no, que nadie los engañe, el que comete pecado, es el diablo.

7 Que nadie los engañé, el que practica la justicia es justo, como Nuestro Señor Jesucristo es Justo.

8 Pero el que practica el pecado es del Diablo, porque el diablo peca desde el principio. Precisamente para  Esto ha venido el hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.

9 Ninguno que sea hijo de Dios Practica el pecado, porque tiene en si mismo el germen de la vida de Dios; y No puede seguir pecando porque es hijo de Dios.

Se sabe quién es hijo de Dios, y quién es hijo del diablo, porque nuestro Señor dijo, Por sus frutos los Conoceréis.

15 Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios, y Vienen a Ustedes disfrazado de Ovejas, Pero por dentro son lobos feroces.

18 El árbol malo no puede Dar frutos Buenos, ni el árbol bueno puede Dar Frutos malos.

20 De modo que ustedes los Reconocerán Por sus acciones.

Quien es hijo de Dios, y quién es hijo del diablo.

11 Este es el mensaje que ustedes  han oído desde el principio: que nos amemos unos a los otros.

12 No seamos como Caín, que era del maligno y mato a su hermano.

¿Y por qué lo mató? Pues porque los hechos de Caín eran malos, y los de su hermano, buenos.

15 todo el que odia a su hermanó es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino puede tener vida eterna.

18 hermanos míos: que nuestro amor   No sea solamente de palabras, si no que se demuestre con hechos.

19 De esta manera sabemos que estamos en la Verdad y podemos sentirnos seguros delante de la presencia de Dios.

20 Pues, si nuestro corazón nos acusa de algo, Dios es más grande que nuestro Corazón, y él lo sabe todo.

23 Y su mandamiento es que creamos en su hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros.

24 los que obedecen sus mandamientos viven en el, y el vive en ellos. Y en esto sabemos que el vive en nosotros: por el espíritu que nos ha dado.

6 Que nadie los engañé con palabras huecas, porque precisamente por estas cosas, viene el terrible castigo de Dios, sobre aquellos que no le obedecen.

7 No participen ustedes con ellos en nada.

Porque hay muchos falsos maestros, pastores, evangelista, y falsas  Iglesias, salgan de esos engaños mis hermanos.

8 Ustedes vivían antes en la Oscuridad, Pero ahora, por estar unidos, al Señor viven en la luz.                

Pórtense como quienes pertenecen a la luz,

9.10 Pues, las luz produce toda una cosecha de bondad, Rectitud y Verdad. Escudriñen siempre que es lo que le agrada a Dios.

11.12 No compartan la conducta estéril de los que son de la Oscuridad; más bien sáquenla a la luz. Pues hasta vergüenza dad hablar de lo que ellos hacen en secreto.

13 Pero cuando todas las cosas son Puestas al descubierto por la luz todo queda claro.

14 Porque todo el que está claro, participa de la luz por eso se dice: Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos, Cristo te alumbrará.

15 Por lo tanto cuiden, mucho su Comportamiento no vivan neciamente si no con Sabiduría.

16 Aprovechen bien éstos momentos decisivos porque estos tiempos son malos.

17 No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.

20 Den siempre gracias a Dios el Padre,  por todas las cosas en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

4 Oí una vos del cielo, que decía: Salid de allí ustedes que son mi pueblo, para que no participen de sus pecados, ni los alcancen sus Calamidades.

5 pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios tiene presente sus maldades.

8 Por eso en un solo día le vendrán todas esas calamidades: Hambre, Aflicción, y muerte, y será quemada en el fuego; porque poderoso es Dios el Señor, que la ha Condenado.

9 Los reyes del mundo que se  prostituyeron con ella y se entregaron   al derroche, lloraran y harán lamentación por ella cuando vean el humo de su incendio.

11 Los comerciantes del mundo también lloraran y harán Lamentación por esa ciudad. Porque Ya no habrá quien les compré sus Mercancía.

13 Cargamentos de canela y especias aromáticas; incienso, perfumes y resinas; vino, aceite, harina fina y trigo; animales de carga Ovejas, caballos, carros y hasta esclavos, que son vidas humanas.

15 Los que negociaban con ésas cosas y se hicieron ricos a costas de la ciudad, y se quedaron lejos por miedo a su castigo, llorando y lamentándose.

18 y al ver el humo del incendio de la ciudad gritaron; ¿qué otra ciudad podrá compararse a esta gran Ciudad.

20 tu oh cielo, alégrate por causa de esa ciudad, y alégrense ustedes, los del pueblo de Dios los apóstoles y los   Profetas, porque Dios al condenarla les ha hecho justicia a ustedes.

23 Nunca más brillará en ti la luz de una lámpara, ni se oirá en ti el bullicio de las fiestas de bodas. Porque tus comerciantes eran los poderosos del mundo y engañaste a las naciones con tus brujerías.

24 Pues en esa ciudad se ha encontrado la sangre de los profetas y del pueblo santo, y de todos los que han Sido asesinado en el mundo.

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Hermano en Cristo