Prestigio y referencia

Ezequiel Querales Viloria: El fascinante periodismo de estos tiempos

ÁNALISIS Y OPINIÓN 01/07/2024 Editorial Alfayaracuy Editorial Alfayaracuy

Ezequiel-Querales-Viloria

Pareciera una paradoja, que el periodismo, aceptado a regañadientes como el sótano de los géneros literarios, rebase con su apasionante vastedad, el ejercicio de sus cultores periodistas.

Ciertamente, de trasgreciones, atajos y hasta de sutiles paradojas, está sembrado el peligroso y fascinante camino del periodismo, casi que, desde que se convirtiera en el heraldo de la historia del mundo. Y  luego asumiera, el rol protagónico de apertura  y desafíos, que mantiene en la actualidad, en la búsqueda de las noticias, a pesar, de las meteóricas transformaciones tecnológicas.

Exquisitos retos y satisfacciones, penosas y temerarias satisfacciones, gravitan desde siempre, y simultáneamente, en su desempeño.

Obviamente, que nunca dejará ser el portador de la noticia. Y la profesión más hermosa del mundo, como alguna vez lo pontificara el nobel de literatura 1982, y laureado escritor colombiano, Gabriel García Márquez

Asombroso, ver como al día de hoy, el ejercicio del periodismo se ha convertido cada vez más riesgoso e inabarcable, pese a las ventajas de masificarse. Lo vemos convertir, sin muchos trámites, a ciudadanos de los más apartados rincones del orbe, con acceso a internet y dotados de una sencilla computadora portátil, en los más serviciales portadores de noticias.

Un difícil proceso, que obliga a los grandes periódicos,  plantas de televisoras y centros de información, a reinventarse, para procesar a la velocidad de un rayo, el aluvión de noticias que a diario reciben, ya no solo de sus periodistas, sino de todas partes, para poder ofrecerla “impecable” y de inmediato, al gran público.

Es una imparable cadena de cambios tan vertiginosos, que hace obligante a todos los oficios y profesiones del mundo, adaptarse, a ellos, sobre la marcha, y no dejarse rebasar por la desaforada competencia.

En otro ámbito más entretenido, es como si tuviéramos ante nosotros, aquellas imágenes del “Como vaya viniendo, vamos viendo”, de la recordada novela, “Por Estas Calles”, del periodista y escritor Ibsen Martínez, que catapultara RCTV, antes de que fuera ilegalmente clausurada, por el comandante galáctico, y su oprobioso régimen.

Desconocemos, si a partir de la deslumbrante incursión de la Inteligencia Artificial (AI), con sus  fascinantes  aplicaciones de chatbots  y  androides exponenciales, devenidos en esa suerte de “frenéticos homo sapiens robóticos”, veremos un periodismo  biónico, extraterrestre, imbuido en una acechante y peligrosa guerra de información y desinformación.

Hablamos de los exquisitos retos y dolorosas satisfacciones, que gravitan desde siempre, sobre el  ejercicio del periodismo. Ahora lo estamos viendo en primera fila, en tiempo real, con el inédito caso del periodista Julián Assange,  insólito hecho, que por su envergadura, rompe paradigmas y hará más  desafiante, e interesante, el ejercicio del periodismo.

Con su curiosidad intelectual, y su atrevida wiki (página o portal informático WikiLeads), este “terrorista de alta tecnología”, llamado así por el entonces vicepresidente y actual presidente Joe Biden, desafió a la potencia más poderosa mundo, filtrando sus comprometidos papeles del Pentágono.

De esa controversial manera, y tras 7 años de un aparatoso exilio, luchas judiciales anti extradición, enredos diplomáticos y cinco años de cárcel en el Reino Unido, Assange, ha sido el centro del más nefasto precedente, para el libre ejercicio del periodismo y la libertad de prensa a nivel mundial.

Paradójicamente, su  arriesgada pasión por obtener la verdad, se ha revertido en un indiscutible triunfo, en defensa de la tan ultrajada profesión, así, como en la de su inseparable aliada, la libertad de expresión, y en general, de todas las libertades humanas.

Y como los extremos suelen  juntarse, convenimos,  que el periodismo y sus cultores, también se confabulan, para reivindicar un nuevo orden informativo global, como el que sin duda, y obstinadamente, ha conquistado Julián Assange,  a través de su atrevido proyecto de WikiLeaks.

Un hecho que indudablemente contribuye a esa fascinación y grandiosidad del periodismo de estos tiempos, y “hace camino al andar”, a la razonable propuesta de Assange: de “Si la guerra se inicia con la mentira, la paz puede ser iniciada con la verdad”.  [email protected]

 

Fuente: costadelsolfm.org

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