La sombra de los militares brasileños se cierne sobre el sistema de votación

Elecciones Brasil 23 de septiembre de 2022 Joan Royo Gual
Urnas
Una empleada del Tribunal Superior Electoral prepara, este miércoles en Brasilia, urnas electrónicas para las elecciones del próximo 2 de octubre.EVARISTO SA (AFP)

Cuando los brasileños vayan a votar, el próximo 2 de octubre, no colocarán ningún sobre en ninguna urna. No tocarán un solo papel. Desde hace más de 25 años se usan unas urnas electrónicas que hacen que un país de tamaño continental, con 156 millones de electores, consiga terminar el recuento en pocos minutos. Hasta hace relativamente poco, estas máquinas eran motivo de orgullo nacional, pero el presidente Jair Bolsonaro las cuestiona con fuerza desde hace meses, y se ha esforzado para que las Fuerzas Armadas tengan un protagonismo sin precedentes en la preparación de estos comicios.

Hasta ahora, el papel de los militares se limitaba a la logística: un elogiado trabajo para llevar las urnas hasta el último rincón del país, incluyendo helicópteros o lanchas para alcanzar la aldea indígena más remota de la Amazonía. Pero ante los crecientes ataques de Bolsonaro al sistema, y para intentar calmar los ánimos, el presidente del máximo tribunal electoral, que organiza los comicios, creó una comisión de transparencia formada por varios representantes de la sociedad civil. También invitó a las Fuerzas Armadas.

Ya involucrados del proceso electoral, algo nunca visto hasta la fecha, los militares, a través del Ministerio de Defensa, han hecho sugerencias para mejorar la seguridad de las urnas, muchas de ellas aceptadas por el tribunal. Pero esa inédita relación ha estado marcada por algunos ruidos y desconfianza. Hace unos meses, Defensa exigió a toda prisa que el tribunal hiciera públicos sus cuestionamientos, y se quejó de falta de atención. Poco después, la justicia electoral apartaba de la comisión al coronel Ricardo Sant’ana, al descubrirse que en sus redes sociales divulgaba desinformación y mentiras sobre el sistema electrónico de votación.

Con este clima enrarecido y con la alargada sombra de los militares como telón de fondo, los técnicos del Tribunal Superior Electoral (TSE) se esfuerzan en explicar que no habrá ningún recuento paralelo por parte de los uniformados, al contrario de lo que divulgaron algunos medios brasileños en los últimos días, lo que hizo saltar las alarmas hasta de observadores internacionales.

En conversación telefónica, el coordinador de Tecnología Electoral del TSE, Rafael Azevedo, agradece que después de años ignorando el sistema los militares se hayan interesado: “Nos parece interesante, porque hicimos el sistema para que sea auditado. Todas las sugerencias, sean de las Fuerzas Armadas o de cualquier otra entidad, se evalúan con criterio, con calma, para verificar si son factibles”, dice. Muchas de esas propuestas se incorporaron, como el uso de biometría en algunos de los tests que se hacen el mismo día de la votación para comprobar que las urnas funcionan correctamente.

Los bolsonaristas más radicales, espoleados por el presidente, suelen clamar que las urnas no son seguras porque no son auditables. “Los que dicen eso desconocen todos los sistemas de auditoría que tenemos”, replica el técnico. El más evidente de todos ellos consiste en prestar atención al ticket que imprime cada máquina al finalizar la jornada electoral, donde aparecen los votos para cada candidato. Verificando en detalle los 577.000 boletines que se imprimirán (uno por cada urna) cualquiera podrá contrastar los votos con el resultado que divulgue la justicia electoral. Además, este año, para facilitar aún más las cosas, todos estarán disponibles en internet.

Fuente: El País de España

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