Si alguna planta he utilizado a lo largo de mi vida es el orégano orejón francés. Esta historia comienza cuando mis hijos estaban pequeños y sufrían de fuertes catarros. Al menor, la flema le producía un dolor de oídos terrible, siempre recurrente.
Los remedios que los doctores me recomendaban le causaban efectos secundarios y tardaban en calmarle el padecimiento. Así fue como comencé a colocarle gotas de aceite de orégano orejón en el oído y a hacerle infusiones para calmar la tos. Es tanta la fe que le tengo que, durante años, viajé con ella a riesgo de que me la quitaran en el aeropuerto. Las hojas de esta planta son grandes, gruesas y aterciopeladas.
Se utiliza esa parte porque contiene aceite esencial, ácidos, cítricos, caféico, aminoácidos y azúcares. Sus propiedades son diversas y se le atribuyen efectos antioxidantes, diuréticos, analgésicos, antiinflamatorios, antiespasmódicos, antisépticos y sedantes. La tradición popular cuenta que disuelve cálculos renales o vesiculares. Al aplicarlo externamente actúa como analgésico y cicatrizante.
Debemos prestar atención al hacer infusión pues nunca debe ser muy concentrado, porque puede intoxicar. El uso de este tipo de orégano, en gastronomía, sirve como excelente condimento para cocinar carnes.
Recuerden: antes de elaborar cualquiera de mis sugerencias, consultenpreviamente con su médico.
Mejunjes de orégano orejón Para la otitis:
Lavar bien una hoja de orégano orejón grande. Secarla con papel absorbente.
Pasar la hoja sobre la llama del fuego, hasta que ver cómo cambia de apariencia, como mojada.
Quitar del fuego y exprimir, dejando caer 2 gotas del zumo del orégano sobre el oído enfermo y el resto, extenderlo sobre la parte externa del oído.
Infusión calmante para dolor de garganta y tos
Calentar una taza de agua y agregar una hoja de orégano orejón grande hasta que comience a hervir.
Apagar, tapar y dejar infusionar por 10 minutos.
Tomarlo caliente dos veces al día