Samuel Ruh: ¿Y LOS REALES DONDE ESTAN?

Con una rostro y todo un cuerpo color rosado apio, blanco como un papel, todo hecho una salamandra, reapareció Tareck El Aisami, traslúcido, producto de un aislamiento de meses sin que pudiera recibir un mínimo rayo de sol, así mismo, la dictadura, hizo reaparecer de la nada al poderoso chavista, al curruña de Chávez, alto pana de Maduro y uña y sucio de Cabello. Fué de todo, desde vicepresidente, gobernador, canciller y  ministro, faltandole solo ser dueño de los guantes, la pelota y novio de la madrina. Si, apreciados lectores, así como lo leen, apareció el turco Tareck, recibido por su paisano, el otro turco, entre turcos y corruptos te veas, Tareck, en medio de un silencio impresionante, patéticas y pálidas imágenes del susodicho esposado,  exhibiendo su tétrica cara, escoltado por siniestros esbirros enmascarados y de espaldas a las cámaras, y lo que es más extraño, veladas imágenes sin el mas mínimo respaldo a través de declaración alguna que le explicará al país ni a nadie que fué lo que le aconteció y en dónde estuvo durante estos meses de su desaparición.

Y por supuesto, la pregunta que surge de inmediato es obvia ¿Dónde carajo fue a parar la inmensa fortuna de dólares que este delincuente se robó? ¿a dónde fué a parar?.

Recientemente recibí la llamada de un entrañable amigo quien vive en el exilio desde hace años, dicho personaje es de los que ocupa su tiempo en calcular, cuánto se le ocurre, más para pasar el tiempo que otra cosa, el con su vieja sumadora se divierte calculando cada vaina que se le ocurre, la razón de la llamada era para referirme que había hecho el cálculo de cuántos galpones industriales y cuántas gandolas de tres ejes requeriría Tareck para movilizar la cantidad de los 22.000.000.000.millones de dólares en efectivo que se robó si al milagroso resucitado se le hubiera ocurrido cambiarlo en billeticos de cien dólares, contarlos, empaquetarlos y trasnsportarlos a su voluntad.

En medio de un ataque de risas por las jocosas acciones de mi amigo le hice ver, que todo ese modus operandi estaba en desuso ya que la tecnología financiera había reducido ese engorroso trabajo al simple hecho de pulsar una tecla para que esa inmensa masa de dinero se moviera de un banco a otro, de un país a otro, de un imperio a otro en segundos, permitiéndole a Biden y todo su entorno de miembros de su democrata partido político, disfrutar junto con esta dictadura del jugoso pastel.

Tareck está preso, Maduro inicia su paralítica campaña convirtiéndose de la noche a la mañana en un adalid contra la corrupción y El Aisami, quien sabe si se convertirá en un héroe nacional digno de ser enterrado al lado de su otrora curruña en el museo de la montaña. Vayanse al carajo pues. A otro con esa telenovela e infame folleton.

Samuel Ruh: Dirigente gremial y político.