¿Llegó la hora de declarar el acceso a Internet un derecho humano básico?

NOTICIAS INTERNACIONALES 16 de abril de 2023 Thalif Deen - IPS
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NACIONES UNIDAS – Las Naciones Unidas definen los derechos humanos como «derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, nacionalidad, etnia, idioma, religión o cualquier otra condición».

En 1948, la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo 75 aniversario se conmemora este año.

Entre los derechos enunciados figuran el derecho a la vida y a la libertad, a no ser sometido a esclavitud ni tortura, a la libertad de opinión y de expresión, al trabajo y a la educación, y muchos más.  Todo el mundo tiene esos derechos, sin discriminación.

Un nuevo estudio de la Universidad de Birmingham (UoB), en el Reino Unido, propone ahora que internet y el acceso en línea sean declarados un derecho humano básico y autónomo.

“Las personas de todo el mundo dependen tanto del acceso a internet para ejercer sus derechos socioeconómicos, como la educación, la sanidad, el trabajo y la vivienda, que el acceso en línea debe considerarse un derecho humano básico», afirma el estudio publicado a comienzos de abril.

Eso es especialmente importante en los países del Sur en desarrollo, donde el acceso a internet puede marcar la diferencia entre recibir una educación, mantenerse sano, encontrar una vivienda y conseguir un empleo o no.

“Incluso si las personas tienen oportunidades fuera de línea, como acceder a planes de seguridad social o encontrar vivienda, están en desventaja comparativa respecto a quienes tienen acceso a internet”, remarca el estudio de UoB.

Merten Reglitz, profesor de Ética Global en la UoB,  publica sus conclusiones en un informe titulado Politics, Philosophy & Economics (Política, Filosofía y Economía) y aboga por convertir en un derecho humano autónomo al acceso a internet, basado en que es una necesidad práctica para una serie de derechos humanos socioeconómicos.

Pide que las autoridades públicas proporcionen acceso gratuito a internet a quienes no puedan permitírselo, así como formación en competencias digitales básicas para todos los ciudadanos y protección del acceso en línea frente a injerencias arbitrarias de Estados y empresas privadas.

Reglitz declaró al presentar el estudio: «Internet tiene un valor único y fundamental para la realización de muchos de nuestros derechos humanos socioeconómicos: permite a los usuarios presentar solicitudes de empleo, enviar información médica a los profesionales sanitarios, gestionar sus finanzas y negocios, hacer reclamaciones a la seguridad social y presentar evaluaciones educativas”.

“La estructura de Internet permite un intercambio mutuo de información que tiene el potencial de contribuir al progreso de la humanidad en su conjunto debería protegerse y desplegarse declarando el acceso a Internet un derecho humano”, añadió.

Emma Gibson, responsable de campaña de los Derechos Digitales Universales de Equality Now (Igualdad Ya), una organización internacional que promueve los derechos de las humanas, dijo a IPS que «con gran parte de nuestras vidas en línea, el acceso a internet se ha convertido en un derecho humano de facto».

La especialista remarcó que “hay una dimensión de género en juego porque las mujeres tienen menos probabilidades de conectarse que los hombres, y esto está revirtiendo algunos de los avances que hemos hecho en la igualdad de la mujer”.

“El acceso a internet se está convirtiendo en la nueva brecha de género. Cuando las mujeres no pueden acceder a la educación en línea, buscar un trabajo mejor remunerado, gestionar de forma independiente sus finanzas o crear una empresa con su propio sitio web, es inevitable que la brecha de igualdad entre hombres y mujeres aumente», afirmó Gibson.

Amanda Manyame, consultora en Derecho y Derechos Digitales de Igualdad Ya, dijo a IPS que acceder a internet es importante porque está intrínsecamente ligado a varios derechos, entre ellos el derecho a la libertad de expresión y asociación, y el derecho a la información.

Internet, señaló, desempeña un papel central para garantizar la plena participación en la vida social, cultural y política, pero no estar seguro en línea disuade a muchas mujeres y niñas de acceder a Internet cuando está disponible.

“Como parte de garantizar la participación digital, deben tenerse en cuenta los problemas de seguridad en línea, tales como la explotación y el abuso sexual en línea, especialmente en relación con las mujeres y las niñas que se ven afectadas de manera desproporcionada”, afirmó.

 

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