La mujer que recibió a la muerte con una sonrisa.

En 1937 estalló un conflicto bélico con la invasión de China por parte de Japón. Cheng Benhua formaba parte de la resistencia china. Fue capturada junto a otros compañeros en 1938, cuando los japoneses llegaron a su región. Pasó un auténtico calvario: tuvo que presenciar la ejecución de sus compañeros, fue violada y humillada en repetidas ocasiones. Pese a todo, Cheng mantuvo su actitud impasible y desafiante, demostrando tener un espíritu férreo incapaz de quebrantarse. La foto fue tomada por un corresponsal japonés antes de ser asesinada a bayonetazos a la edad de 24 años.

En China se convirtió en un icono. La ciudad de Nanjing tiene una estatua de 5 metros de altura de Cheng, la guerrera que sonrió a la muerte, como símbolo del espíritu indomable.