Sin WhatsApp no se puede vivir...

Hace 4 años eliminé mi cuenta de WhatsApp y quité la aplicación de mi móvil.
Y aquí estoy.

La reacción de las demás personas ha sido casi unánime a lo largo de estos años. Casi todas me miran con una mezcla de espanto e incredulidad. En algún caso me dicen que sin WhatsApp no se puede vivir, o por lo menos que su ausencia hace la vida mucho más difícil, o que ya quisieran hacer lo mismo pero no pueden porque es la única forma de coordinar la vida, de trabajar, de estar en contacto.

Lo que en general noto es que esperan que algún contratiempo me demuestre mi error para que por fin vuelva a la normalidad.

Normalidad.
Habría que pensar qué es normal y qué no lo es, pero en fin.

Lo cierto es, como dije al principio, que aquí estoy. Entre fines de febrero y principios de marzo recorrí algunos miles de kilómetros, tomé 4 aviones, hice 3 viajes en helicóptero, viajé por tierra y tuve una buena cantidad de reuniones de trabajo. Y en esos mismos días estuve razonablemente comunicado con mi familia.

Sin WhatsApp.

Te comparto esta experiencia no porque vaya a aconsejarte que uses o que no uses determinadas aplicaciones. Al final es una decisión que cada uno debe tomar en base a su situación concreta. No es el punto, entonces.

El punto es que la política, la profesión, la vida, la familia, el trabajo y la comunicación van mucho más allá de las pantallas.

Recuerda que el iPhone apareció recién en 2007 y el uso generalizado de internet en los teléfonos se produjo fundamentalmente a partir de 2010. Lo cual es nada en términos históricos. De hecho la humanidad vivió miles de años sin tener internet en sus manos. Sería un poco soberbio creer que todo comenzó en 2010. Igual de soberbio que creer que nada ocurrió luego de ese año.

El punto es que siempre consideres, además de las pantallas, el papel de la vida real. Para mejorar tu comunicación no alcanza con esas pequeñas superficies frías y brillantes. Para comprender lo que pasa en el mundo tampoco.

Algo parece empujarnos a sumergirnos dentro de las pantallas. Pero no olvides que existe un mundo material, y personas reales de carne y hueso. No olvides que la tecnología es una herramienta. Importante, pero solo una herramienta. Y herramientas hay muchas.

*Psicopolítica* es la herramienta que yo te ofrezco para moverte con mayor eficacia en este complejo mundo de hoy. Una herramienta simple, apenas 20 páginas mensuales enviadas por correo electrónico.

No te va a cambiar la vida. Eso lo dejo para los vendedores de humo.
Pero te va a agregar valor.

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Daniel Eskibel