La culpa la tiene Elmer el Gruñón

ÁNALISIS Y OPINIÓN 15 de marzo de 2024 Daniel Eskibel

Daniel Eskibel

Son hechos que lamentablemente pueden ocurrir en cualquier parte del mundo. Pero sin embargo parecen una marca registrada de los Estados Unidos de América. Me refiero a los tiroteos masivos e indiscriminados contra personas en supermercados, discotecas o centros de enseñanza.

Made in Usa.

Tanto es así que si escuchas una noticia de esas y nadie te dice dónde ocurrió, seguro que no piensas en otro lugar que no sea en los Estados Unidos. Es triste y es trágico, pero se ha vuelto tan reiterado que pone los pelos de punta.

Sociólogos, antropólogos y psicólogos intentamos siempre comprender esos fenómenos, entender de dónde provienen, cómo se gestan, por qué. Porque una comprensión seria del asunto puede ayudar a encontrar caminos de solución.

Pero, pero, pero...

Resulta que la culpa la tiene Elmer el Gruñón.

Retrocedo rápidamente a mi infancia.
Dibujos animados. Comics. Tebeos. Historietas.
Personajes como Bugs Bunny (también llamado Conejo de la Suerte, Serapio o Conejo Castañuelas, según el país). O como el Pato Lucas (Duffy Duck, Pato Duffy).
Y por allí se asoma también Elmer el Gruñón.

¿Lo recuerdas?
Aquel cazador que con frecuencia perseguía a Bugs Bunny o al Pato Lucas, aunque siempre le salían mal las cosas. Todavía hoy puedo visualizar su imagen inconfundible vistiendo un gorro, una camisa de cazador y una escopeta que blandía amenazante a pesar de las burlas de los otros. Elmer el que solía estar de mal humor, gruñendo, molesto, irritado.

Bien.
Ya estamos en la misma página.
Elmer el Gruñón.

Pues bien.
Hace un tiempo el New York Times anunció que en HBO MAX habrían nuevos episodios con el mismo personaje pero con algunos cambios significativos. Uno de esos cambios sería la desaparición de las armas de fuego. ¡Chau escopeta de Elmer el Gruñón! ¡Fuera de aquí!

El motivo de esa desaparición, según señala el periódico, sería la sensibilización respecto a los tiroteos masivos que mencionaba al principio de este artículo.

Pensamiento políticamente correcto en una de sus más altas expresiones.
O lo que es lo mismo: pensamiento hegemónico, cultura dominante.

Detrás de la bien intencionada y buenista desaparición de la escopeta del malvado Elmer hay una forma de pensar que parece tener dos ejes fundamentales.

Uno que la presencia de armas en los dibujos animados ofendería a los familiares de las víctimas de tiroteos masivos.
Dos que esa violencia de los comics podría estar estimulando similar violencia en los espectadores.

Lo primero es falso.

El dolor de las familias de las víctimas es mucho más profundo y mucho más ligado a la realidad, y lo que parece casi ofensivo es creer que su dolor pasa por el contenido de los tebeos. Además si continuáramos la misma línea de razonamiento llegaríamos a la necesidad de prohibir, mutilar o corregir groseramente buena parte de la producción artística de la humanidad. Algunos quieren hacerlo, igual. Pero hoy no voy a entrar en ese jardín.

Lo segundo también es falso.

No baby, no son los comics los que promueven la violencia. No es la escopetita de Elmer el Gruñón. Levanta un poco la vista. Mira un poco más allá. ¿Acaso no ves algunas otras cositas que impulsan la violencia nuestra de cada día? ¿Por ejemplo en Estados Unidos de América? No solo allí, claro, pero preferentemente allí.

Escucho voces que responden que el problema está en la facilidad para adquirir armas. Inclusive armas de guerra como fusiles de asalto.

Es un argumento razonable. Pero solo explica la parte instrumental, quiero matar y tengo con qué hacerlo. Pero el gran tema es por qué quiero matar. Eso no lo explica la abundancia de armas al alcance de la mano.

El argumento es obviamente más serio que el de los comics. Y tiene su parte de razón, seguramente. Pero es totalmente insuficiente. Lo que ocurre es que tiene mucha buena prensa porque es parte de la agenda de uno de los partidos políticos made in Usa. Entonces más que una explicación se convierte en un arma arrojadiza contra el otro partido.

Yo buscaría las causas por otro lado.

Sería interesante investigar a escala de diversos países no solo los tiroteos masivos sino otras formas emblemáticas de violencia física. Por ejemplo las tasas de homicidio, la figura de los asesinos seriales, la cantidad de guerras en las que cada país participa, los golpes de estado que impulsa, los asesinatos extrajudiciales de enemigos, y fenómenos similares. Y detrás de eso la magnitud del complejo militar-industrial de cada país, las cifras de la industria de la guerra, los miles de millones de dólares invertidos en guerras cercanas o lejanas, la cantidad de bases militares en el extranjero, el presupuesto militar de cada gobierno y en general la ruta del dinero.

Pobrecito Elmer.
Con razón es tan gruñón.
Ahí solito, blandiendo su escopeta de porquería mientras el Pato Lucas le hace bulling. Tal vez sería mejor que se montara en un tanque de guerra de esos que se venden por miles a razón de 10 millones de dólares cada uno. Y que fuera a buscar a los malos, claro. Que están allá muy lejos, claro. Aunque sea difícil de entender que el que te dispara lo hace desde el otro lado de la góndola del supermercado.

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Daniel Eskibel

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